20 años han pasado muy rápido Estamos en una época bastante curiosa en la que Nintendo está reviviendo algunos clásicos de la era de Gamecube, y eso lo hemos visto con los lanzamientos de Super Mario Sunshine, Pikmin 1+2 y Metroid Prime Remastered, los cuales regresan para nuevas generaciones de jugadores. Y parece que este plan sigue en pie, o al menos fuimos testigos de ello durante el último Nintendo Direct del año pasado. Para cerrar con broche de oro dicha transmisión vimos algo que sorprendió a los más nostálgicos, el regreso de ni más ni menos que de Paper Mario The Thousand-Year Door, juego clásico de la franquicia de papel que precisamente cumple su vigésimo aniversario en este 2024. Y que claro, se pedía a gritos que lo pusieran para una especie de consola virtual de la consola cúbica. Desde esa primer vistazo a la nueva versión pasaron varios meses sin que supiéramos mucho del juego, y así llegó el domingo 10 de marzo (día de Mario), con algo que ya queríamos conocer, la fecha de lanzamiento para el 23 de mayo. Y fue desde ese momento cuando Nintendo se decidió a lanzar más detalles en forma de contenidos en video. Así, un mes antes nos llegó la noticia de que habíamos sido seleccionados para cubrir este juegazo, y los chicos de Nintendo nos mandaron el código de reseña con el objetivo de explorar esta historia de principio a fin. Esto con el objetivo de comentarles a ustedes si vale la pena adquirirlo desde el primer día de su salida, ya sea para los nuevos en la serie o para quienes disfrutaron en 2004 el original. Algo de lo que deben estar seguros, es que la reseña se ha quedado a cargo de alguien que en su momento probó la experiencia de cubo hasta el cansancio, por lo que sabrán de primera mano todos los detalles, desde los más grandes hasta los minúsculos. Y de antemano les puedo ir diciendo que disfruté este viaje de forma similar a como lo hice a mis 13 años. Entonces, ¿Paper Mario The Thousand-Year Door para Switch sigue conservando esa magia que hizo atemporal al clásico de clásicos? O tal vez, ¿Nos estuvo cegando bastante la nostalgia por los últimos 20 años? Bueno, eso lo vamos a averiguar en la siguiente review que con gusto total hemos preparado para ustedes en su medio de confianza. Con todo esto en mente, es momento de que prepares tus mejores formas de papel, ítems de ayuda y compañeros de viaje, pues nos vamos a adentrar dentro de la ciudad de Rogueport. Lugar en el que aguarda un tesoro legendario, el cual será el objetivo de nuestro protagonista favorito del mundo de los videojuegos, el plomero más heroico, Mario. El viaje por el tesoro comienza La historia de Paper Mario The Thousand- Year Door comienza con una historia narrada en un libro, en la cual nos indican que hace mucho tiempo existió un reino donde la felicidad estaba a la orden del día. Eso hasta que un día todo se ha llenado de tinieblas y destrucción, lo que llevaría que dicho pueblo se sumergiera debajo de las aguas. Después de eso, los sobrevivientes al cataclismo han pasado la historia de generación en generación, hasta que finalmente se convirtió en un cuento de hadas, dejándolo como algo que nunca pasó. Sin embargo, entre los más sabios se empezó a hablar de un tesoro oculto, aquel que aguarda las maravillas más llamativas del mundo habitable. Sobre las ruinas de lo que alguna vez fue ese reino se fundó la ciudad conocida como Rogueport, lugar portuario que sirve como pueblo de paso para quienes viajan a distintos lugares. Así, en algún momento la Princesa Peach del reino champiñón, quien se fue a buscar nuevas emociones ha llegado ahí, y encontrado un mapa especial. Poco después de esto, Mario recibe una carta de forma directa a su buzón, misma que llega a manos del bigotudo por parte de su hermano Luigi, y esta proviene claramente de la princesa. Ahí le relata que ha conseguido el mapa antes mencionado, y que le gustaría compañía para ir en busca de dicha reliquia que parece bastante prometedora. Con esto en mente, nuestro protagonista toma el siguiente barco para esta ciudad, la cual parece estar muy lejos del reino que conocemos de aventuras pasadas, por lo que podríamos decir que el trayecto fue hacia otro continente. Así pasan los días hasta que eventualmente llega al destino, el cual parece un lugar mala muerte, para nada amigable. Sin perder más tiempo, el plomero se pone a buscar a la chica rubia por todo el perímetro, hasta que de repente se ve envuelto en una pelea entre cierto personaje misterioso y una Goomba local. En este conflicto logra salir bien librado, dado que el ejército de los villanos parecieran no tener la mayor inteligencia del mundo. Tras llegar a un sitio más tranquilo, la nueva cara se presenta como Goombella, y como Mario es nuevo en el pueblo le ha explicado la problemática, a su vez se encuentra con un amigo Toadsworth, quien le dice que la princesa esta extraviada y podría tener que ver con el mapa que le ha enviado al propio bigotes en la carta. Al escuchar eso, Goombella menciona que hay un profesor y arqueólogo que les puede ayudar a descifrar ese papel, este lleva el nombre de Frankly, por lo que se ponen en camino al verlo. Una vez que consultan su ayuda, les explica que se trata de un mapa que lo llevará a abrir la Thousand Year-Door, sitio de misterio que se encuentra en las alcantarillas de Rogueport. Pero para acceder a este lugar, hay que juntar las Crystal Stars, las cuales son las llaves de apertura para resolver el misterio. Con todo el contexto, Mario emprende una nueva aventura en la que será acompañado de su nueva amiga en la búsqueda de todos los cristales, viaje en el que conocerá enemigos tenaces pero también aliados valiosos. Esa sería la premisa de este juego, la cual no cambia para nada en comparación a la experiencia original, por lo que los fans de antaño pueden estar tranquilos, pues todos los diálogos se conservan de manera fiel. Lo único que puedo decirles, es que quienes tengan su interacción con la saga por primera vez se la van a pasar increíble, pues van a reír, llorar y llenarse de intriga con los diferentes capítulos a cursar. La experiencia JRPG está de regreso Primero que nada, debemos de enfatizar en que esta entrega renovada de Paper Mario The Thousand-Year Door es casi calcada de la experiencia original en la parte de gameplay. Dado que se trata de un JRPG por turnos en el que nos transportamos a una área de combate cada que el personaje principal entra en contacto con los enemigos. Todo funciona en una serie de escenarios que conectan con el hub principal del juego, Rogueport, lugar al que siempre volveremos después de irnos de viaje a las distintas áreas del título. Como son ocho capítulos en la historia, deberemos explorar estos entornos diferentes y el progreso es evidentemente lineal como en todo juego del estilo. Tendremos diversas habilidades para Mario, entre ellas se incluyen la de usar el martillo o los zapatos, ya que dependerá del tipo de enemigo a derrotar la herramienta que debemos usar. Por ejemplo, los que tengan pinchos van con el martillo y los que se encuentren en la parte superior del escenario se hacen vulnerables al salto. Dentro del campo de batalla habrá contadores de distintos elementos, tenemos los puntos de vida nuestros y de los compañeros, puntos de flor para movimientos de medalla, puntos para poderes especiales y puntos de estrella, los cuales al juntar 100 tendremos subida de nivel. Y al pasar esto podremos elegir aumentar tres atributos, la vida, puntos flor o puntos de medalla. El objetivo en gran parte del juego con los combates es dejar al enemigo noqueado, y eso se logra al reducir sus puntos de vida al cero. Estos no aparecen en un inicio, pero si utilizamos habilidades de compañeros, en este caso la de Goombella, es posible ver cuántos golpes le quedan, y hasta enterarnos de si tienen algún tipo de punto débil. Hablando precisamente de los compañeros, todos y cada uno cuentan con ataques que pueden ser realmente convenientes para el encuentro, ya que algunos atacan desde arriba, otros explotan para bajar mucha vida, incluso hay una que puede protegernos de ataques devastadores al ocultarnos en las sombras. Para conseguir a los amigos tenemos que ir avanzando en los distintos capítulos, por lo que básicamente no hay forma de perderlos de vista, pues no solo nos ayudan a pelear sino también a resolver puzzles en las áreas de exploración. Eso sí, solo hay un compañero opcional, y ese se puede obtener al completar cierta misión secundaria. Algo que tampoco se debe dejar de lado en la batalla son las reacciones al atacar, pues habrá ciertos momentos en los que debemos presionar ciertos botones específicos para bajar más vida o cubrirse ligeramente, esto con el botón A. Sin embargo, al usar el B se activa la super defensa, pero para poder hacerlo efectivo debe ser justo en el momento del ataque. Por último están los cambios de estado, pues nos pueden paralizar, quemar, envenenar o quitar la posibilidad de atacar durante uno de los turnos. Claro, estos se pueden contrarrestar con el uso de objetos, ya sea para quitarnos la desventaja o para recuperar la vida propia o del compañero. Con esto ya habríamos cubierto la parte el combate general, misma que muchos ya habrán notado, no tiene cambios en comparación a la versión original de Gamecube, es justo lo mismo de hace 20 años. Sin embargo, si ya eran peleas muy equilibradas realmente no era necesario que le metieran ajustes ni nada por el estilo. Aquí también hay origami pero sin el “King” Dejando aún lado las batallas y pasando directo a la exploración de Paper Mario The Thousand-Year Door, esta también se conserva igual que el juego original pero hay ciertos detalles que hacen de la experiencia algo más placentero. Y es que les voy adelantando el hecho de que el juego tiene mucho backtracking y eso va totalmente en serio. Como ya mencioné, el juego se compone de ocho capítulos, todos de áreas totalmente diferentes que van desde una ciudad en el cielo hasta un árbol donde habitan seres diminutos parecidos a Pikmins. Y habrá momentos en los que deberemos regresar a estos lugares y eso será posible gracias a unas tuberías especiales que se concentran en una sola habitación. Antes ya existían estas tuberías, pero estaban desperdigadas por todo el subterráneo de Rogueport, lo cual hacía que transportarse fuera bastante cansado, pero gracias a esta implementación la cosa será más fácil. Por su parte, tenemos los objetos llamados piezas de estrella, los cuales se pueden canjear por medallas en esta parte de bajo tierra, algunos están a la vista y otros más escondidos, y sí, los ocultos están justo en los mismos lugares del original. Pasamos a otras de las características que hicieron única a esta entrega, y esas son las formas de origami que puede tomar Mario a lo largo de los episodios, mismas que se obtienen conforme avanza la historia. Hay una de aplanarse, hacerse barco, avión y hasta convertirse en un rollito para pasar en lugares pequeños; habilidades que en su momento me gustaron y siguen fascinándome por lo bien que las adaptaron al diseño de niveles. También ya les había mencionado que los compañeros de batalla no solo nos ayudarán a exterminar enemigos, sino también a resolver enigmas dentro de las áreas a conocer. Pues por poner algunos ejemplos, Goombella nos dará información de donde estemos, Koops puede usar su caparazón para tomar objetos lejanos y hasta Yoshi nos puede llevar en su lomo para cruzar pequeños precipicios. Y por cierto, el cambiar de amigos ahora es más fácil gracias al botón L del control. No está de más mencionar, que dentro de todos los entornos podemos interactuar con todo tipo de NPC’s, algunos son esenciales para progresar en la aventura y otros para tener diálogos divertidos. Además, Rogueport está llena de tiendas de ítems y medallas, el centro de ayuda para las misiones secundarias e incluso un casino en el que podemos probar mini juegos que le sacarán el jugo a nuestras transformaciones origami. En cuanto a novedades con los personajes que encontramos a la ciudad, tenemos precisamente dos, el primero es el Battle Master, el cual como el nombre lo indica, sirve para ayudarnos a practicar nuestro timing en el combate, no mucho más. El segundo es un pequeño ratón que nos puede ayudar con las misiones secundarias a cambio de algunas monedas, concretamente para encargos con ubicaciones que no quedan claras. Por último hay que hablar de las habilidades de Mario que no son transformaciones de papel, y es usar el martillo o los saltos fuera de la batalla. Pues conforme tengamos mejoras de los mismos será posible romper bloques de distintos colores o dar saltos de gran magnitud, pero al igual que con otros poderes, van llegando al avanzar la historia. Casi dejo pasar otra parte clave del juego, más para quienes se exigen mucho en los combates, The Pit of 100 Trials, un lugar en el que el usuario debe bajar precisamente por cien pisos derrotando enemigos y no está de más decir que no hay atajos para volver, por lo que se debe ir bien preparados. Pues un jefe muy poderoso aguarda al final del trayecto, y eso va también con dos enemigos extra que son totalmente nuevos aunque el jugador ya los conoce de cierta manera. Gráficos de ensueño y música nostálgica Llegando a la parte gráfica de Paper Mario The Thousand-Year Door, debo decir que es un salto mágico al HD, teniendo un cambio notable que muchos fanáticos van a notar a simple vista. Dado que la iluminación es mejor, los modelados de personajes se han retrabajado y los escenarios de tres dimensiones que parecen de cartón destacan por sus colores. Aunque para algunos parezca lo contrario, es un salto enorme para el juego que vimos originalmente en la consola cúbica, pues incluso hay poses de algunos personajes que cambian ligeramente. Concretamente hablando de Mario, hay ciertas que se parecen a las de Origami King, y hasta podría decir que se ha trabajado dentro del engine de este último. El cambio de gráficos es algo similar a lo que pasó con Metroid Prime Remastered el año pasado, sin nada de alteraciones en la parte de gameplay, pero vaya que se dio un salto a la alta definición. Entonces sí, puedes esperar mucha calidad para el apartado de visualización, ya sea si nunca probaste original o si eres veterano. En cuanto al rendimiento es posible que se vuelva a armar la polémica, y es que el juego original corría a 60 cuadros por segundo, algo que no pasa en esta versión, pues aquí llega a los 30 estables. Realmente no es algo que moleste mucho, pues el ojo se adapta rápidamente al timing de los ataques y desplazamiento dentro de las áreas a explorar. Por su parte, la resolución es de 1080p en dock y 720p en portátil. Pasando al apartado musical, solo me queda decir que es majestuoso y no estoy exagerando ni nada por el estilo, pues rehicieron la banda sonora completa y nos da la sensación de estar escuchando una Big Band de Jazz. Además, el tema repetitivo de combate tiene variaciones en cada área para que no se sienta todo el tiempo que escuchamos lo mismo. Eso sí, para quien se sienta nostálgico, hay una medalla que nos hace cambiar al ost original. Otro detalle del apartado sonoro que me ha gustado bastante, es el hecho de que los personajes tienen pequeños efectos de voz cuando los vemos dialogar con Mario, por lo que escucharás sonidos familiares al interactuar con un Goomba hasta los clásicos Koopas. Y agradezco de forma total que guardaran los clips originales de Charles Martinet y los reutilizaran en el juego. Para terminar con ambas secciones, debo resaltar que hay dos extras muy llamativos, la galería de arte y el fonógrafo, en los cuales podemos ver bocetos del juego original y escuchar la banda sonora track por track. Aunque tenerlos no será de gratis, ya que se deben cumplir condiciones como recolectar todos los trozos de estrella de cierto capítulo o encontrar los cubos con Shine Sprites desperdigados por el mapa; es grato tener este tipo de añadidos. Imperdible para los fans de Paper Mario y los RPG En conclusión, Paper Mario The Thousand-Year Door para Switch es prácticamente el mismo clásico que apareció hace 20 años en Gamecube, sin alteraciones que se sientan grandes en cuestión de gameplay. Sin embargo, eso no es para nada malo, de hecho aquí aplica muy bien la frase de “si no está no roto no lo arregles”, pues se conserva esa magia que muchos experimentamos en la juventud. El apartado donde se nota más la manita de gato es en los gráficos, un salto bellísimo que los veteranos de la franquicia van a notar al instante, y es que desde los escenarios hasta los diseños de personajes todo es un deleite. Y no se diga de la banda sonora remasterizada, con arreglos que hacen la experiencia más disfrutable al entrar de combate en combate. También tenemos sus cambios ligeros como añadidos en la calidad de vida, animaciones que no aparecieron en el original, nuevos NPC’s y algunas sorpresas que el usuario debe descubrir por sí mismo. Por lo que al final, podemos considerar a esta versión como la definitiva, y eso se resalta más con la posibilidad de llevar la aventura a todos lados gracias a la portabilidad. Entonces, si nunca en tu vida probaste el de Gamecube, es mi obligación informarte que debes adquirirlo sí o sí desde su primer día de lanzamiento, pues vas a disfrutar cada segundo esta historia entrañable. Por otro lado, si eres de la vieja escuela como yo, solo puedo decirte que comprarlo de nuevo es algo que vale la pena totalmente, esa magia de hace dos décadas se mantiene intacta, incluso se mejora. Recuerda que Paper Mario The Thousand-Year Door se lanza el 23 de mayo en Nintendo Switch. The post Review – Paper Mario The Thousand-Year Door first appeared on Atomix.
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