Como un láser, como el pulso de un cirujano a la hora de manejar un bisturí, así de precisa es la puntería de un Adeptus Astartes. Los Favoritos del Emperador vuelven en Warhammer 40,000: Chaos Gate Daemonhunters para que, por fin, podamos olvidarnos de los locos, locos porcentajes de 69% de acierto al apuntar a dos centímetros de la jeta del enemigo. Los Caballeros Grises están envueltos en el más críptico de los misterios, llevan a cabo oscuras misiones expurgando el Caos allá donde este intenta anclar sus abominables garras y, afortunadamente para ellos, amplifican exponencialmente las capacidades de un Astartes gracias a sus poderes psíquicos. Solo lo mejor de lo mejor para enfrentarse a lo peor de lo peor. O sea, al Caos venido de la Disformidad.
Sin embargo, hasta ahora no habíamos podido poner nuestras devotas manos sobre Daemonhunters para experimentar su jugabilidad como El Emperador manda. Todo eso cambió hace unos días cuando, gracias a Frontier Developments y Complex Games, tuvimos la oportunidad de participar en un hands-on y dar órdenes sobre el terreno a estos misteriosos y letales Marines Espaciales.
Y de su letalidad hicimos cumplido uso a través de dos escenarios y un durísimo enfrentamiento con un repugnante demonio al servicio de Nurgle. En total, unas dos horas de juego que fueron tiempo más que suficiente para familiarizarnos con el esqueleto de unas mecánicas que prometen gloriosos despliegues de fuerza y, también, mucho rechinar de dientes.
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