Probamos Fuser, lo nuevo de los creadores de Guitar Hero

Harmonix ha desarrollado unos cuantos juegos sobre recrear e interpretar música. Sin embargo, en esta ocasión el estudio responsable de Guitar Hero y Dance Central quiere que los jugadores sean creativos. En Fuser todo se basa en crear remixes de canciones populares, ya sea en el modo campaña, en el modo freestyle o en el multijugador.

Tras el evento de presentación a principios de este año, ahora por fin hemos podido jugar bastante tiempo a Fuser. En concreto, he estado jugando durante cuatro días con treinta y una canciones, dos misiones de la campaña y el modo freestyle.

Controlas cuatro canales, y cada canción se divide en batería, línea de bajo, un instrumento de melodía (como sintetizadores o cuerdas) y vocales. Cada una de estas categorías está asignada a un botón, con lo cual siempre pulsas un botón con la mano derecha para la pista vocal, la izquierda para la batería, etcétera. Aunque los controles son muy intuitivos, al principio Fuser parece complejo. A diferencia de los anteriores juegos de Harmonix, en los que te centrabas en el instrumento y el público y tu avatar quedaban relegados al fondo, aquí hay todo un festival de música virtualmente entre tú y la tabla de mezclas. A principio me reí pensando ante la imagen de que el público de un festival enorme gritase "¡queremos country!", pero es solo uno de los detalles jugables que realmente no encajan con el resto de ideas de Fuser. El juego te pide que dividas tu atención entre las peticiones del público, las tareas del propio juego y, por supuesto, hacer música. Fuser es distinto para Harmonix no solo porque deja atrás el reto inherente a los clásicos juegos de ritmo, sino porque los desarrolladores están intentando llegar a un público que no está interesado en los juegos musicales como prueba de habilidad, o que no quiere invertir en periféricos, al basar todo su control en el mando que ya tienen.

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